Escuchamos a los más cercanos al dolor, más cercanos a la experiencia vivida.
Israel Garcia, Organizador comunitario,The Colorado Trust
Premio RWJF Cultura de la Salud 2020-2021
En el condado Alamosa, promoviendo una visión de bienestar escuchándose unos a otros.
Una visita a Milagros Coffee House en el condado Alamosa, Colorado, es mucho más que una dosis de cafeína matutina. Conocida como la “sala de visitas de la comunitaria”, la cafetería es una de cinco pequeñas empresas que incluyen también una boutique y tienda de segundas cercana, operadas por la organización sin fin de lucro y servicio social La Puente, con el fin de patrocinar esfuerzos centrados en la equidad y seguridad alimentaria, el fortalecimiento de los lazos familiares, la vivienda a bajo costo y la salud mental y de comportamiento para los más de 16.000 residentes del Valle de San Luis.
Iniciativas cómo estás son comunes en el condado Alamosa. Líderes comunitarios, de organizaciones sin ánimo de lucro y del gobierno local han desarrollado maneras de integrar las necesidades de la comunidad con oportunidades para aunar esfuerzos. Por generaciones, la zona más poblada del Valle de San Luis, el condado Alamosa, ha trabajado arduamente para superar los retos que representa su ubicación remota y su terreno árido a través del ingenio. En lugar de competir para obtener fondos limitados, tiempo, espacio o atención, los miembros de la comunidad forman alianzas con el fin de suplir sus necesidades y llevar a cabo cambios de fondo para lograr un futuro mejor.
“Escuchamos a los más cercanos al dolor, más cercanos a la experiencia vivida”, dijo Israel García, organizador comunitario de The Colorado Trust, una fundación por la equidad en salud.
Los residentes dicen que hace unos diez años comenzó a emerger una nueva forma de pensar. Las entidades tradicionalmente influyentes—empresas privadas, organizaciones sin fin de lucro, y gobierno—reconocieron que tenían un papel por jugar en la búsqueda de soluciones, pero no tenían todas las respuestas. Mejorar las oportunidades para todos los residentes de Alamosa significaba crear avenidas para las comunidades marginadas y sin representación, con el fin de incluirlas en el diseño de políticas públicas, sistemas, y programas.
Grupos locales formaron sus propias versiones de “equipos de residentes”, que son grupos pequeños de personas que representan diversos lugares del condado y se identifican unos con otros, pues enfrentan temas de inequidad en salud similares en sus comunidades. Otras conexiones comunitarias abrieron la puerta a nuevas perspectivas. Por ejemplo, la iniciativa Revitalize the Rio Community Initiative, organizada por el San Luis Valley Great Outdoors (SLV GO!), trabajó con miembros de la comunidad en diversos vecindarios y conectó diferentes zonas del condado con el Rio Grande y los espacios públicos abiertos aledaños.
Andy Rice, director de recreación, parques y bibliotecas de Alamosa dijo que “las alianzas maduraron al punto que hoy nos vemos unos a otros como socios confiables”.
En 2012, el cierre de una granja productora de champiñones cercana resultó en desempleo, dificultades financieras e inseguridad alimentaria para buena parte de la comunidad guatemalteca del condado. Francisco Lucas y Lucía Nicolás, dos venerables ancianos guatemaltecos contactaron a grupos locales, entre ellos, San Luis Valley Local Food Coalition, San Luis Valley Immigrant Resource Center, y la parroquia católica local. Juntos, aunaron recursos, recolectaron fondos y en 2015 formaron lo que se convirtió en la granja Rio Grande Farm Park, fundada en el terreno de una escuela clausurada. Ubicada en la rivera del río, la granja se ha convertido en fuente de alimento y recursos para más de una docena de familias guatemaltecas que cultivan sus propias parcelas. La granja es además un lugar de recreación para toda la comunidad. Al tiempo que los residentes locales enfrentaban inseguridad alimentaria al inicio de la pandemia de COVID-19, se creó un programa de comida “de la granja a la despensa” que paga a los granjeros a través de subsidios locales, para que cultiven alimentos frescos para suplir las despensas de los pobladores de la región del Valle de San Luis.
“Escuchamos a los más cercanos al dolor, más cercanos a la experiencia vivida”, dijo Israel García, organizador comunitario de The Colorado Trust, una fundación por la equidad en salud.
Los residentes dicen que hace unos diez años comenzó a emerger una nueva forma de pensar. Las entidades tradicionalmente influyentes—empresas privadas, organizaciones sin fin de lucro, y gobierno—reconocieron que tenían un papel por jugar en la búsqueda de soluciones, pero no tenían todas las respuestas. Mejorar las oportunidades para todos los residentes de Alamosa significaba crear avenidas para las comunidades marginadas y sin representación, con el fin de incluirlas en el diseño de políticas públicas, sistemas, y programas.
Grupos locales formaron sus propias versiones de “equipos de residentes”, que son grupos pequeños de personas que representan diversos lugares del condado y se identifican unos con otros, pues enfrentan temas de inequidad en salud similares en sus comunidades. Otras conexiones comunitarias abrieron la puerta a nuevas perspectivas. Por ejemplo, la iniciativa Revitalize the Rio Community Initiative, organizada por el San Luis Valley Great Outdoors (SLV GO!), trabajó con miembros de la comunidad en diversos vecindarios y conectó diferentes zonas del condado con el Rio Grande y los espacios públicos abiertos aledaños.
Andy Rice, director de recreación, parques y bibliotecas de Alamosa dijo que “las alianzas maduraron al punto que hoy nos vemos unos a otros como socios confiables”.
En 2012, el cierre de una granja productora de champiñones cercana resultó en desempleo, dificultades financieras e inseguridad alimentaria para buena parte de la comunidad guatemalteca del condado. Francisco Lucas y Lucía Nicolás, dos venerables ancianos guatemaltecos contactaron a grupos locales, entre ellos, San Luis Valley Local Food Coalition, San Luis Valley Immigrant Resource Center, y la parroquia católica local. Juntos, aunaron recursos, recolectaron fondos y en 2015 formaron lo que se convirtió en la granja Rio Grande Farm Park, fundada en el terreno de una escuela clausurada. Ubicada en la rivera del río, la granja se ha convertido en fuente de alimento y recursos para más de una docena de familias guatemaltecas que cultivan sus propias parcelas. La granja es además un lugar de recreación para toda la comunidad. Al tiempo que los residentes locales enfrentaban inseguridad alimentaria al inicio de la pandemia de COVID-19, se creó un programa de comida “de la granja a la despensa” que paga a los granjeros a través de subsidios locales, para que cultiven alimentos frescos para suplir las despensas de los pobladores de la región del Valle de San Luis.
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Escuchamos a los más cercanos al dolor, más cercanos a la experiencia vivida.
Israel Garcia, Organizador comunitario,The Colorado Trust
La granja Farm Park sigue también los lineamientos de la iniciativa Healthy Eating, Active Living (HEAL) puesta en efecto en 2019 por el gobierno local de Alamosa como culminación de años de esfuerzo. En 2006, miembros de la comunidad se organizaron para promover mejor nutrición y desarrollar un sistema alimentario cuyo resultado fue el plan HEAL. La iniciativa, reconocida por el gobierno estatal, llevó a Alamosa a convertirse en una de las primeras comunidades en crear un puesto de avanzada en Nourish Colorado, que hace frente a inequidades en el acceso a alimentos saludables y actividad física en un centro de salud local.
Ganar el Premio Cultura de la Salud es un reconocimiento a lo que los pobladores del condado Alamosa han logrado juntos. Jamie Domínguez, propietario de un restaurante y firma de construcción locales es también un activista que ha liderado iniciativas como alianzas con personas residentes de un campamento para desamparados en la rivera del Río Grande, con la meta de mejorar las maneras en que el condado hace frente a la mendicidad. Domínguez describe a los residentes de Alamosa como “socios activos” comprometidos con mejorar sus condiciones propias y las de sus vecinos, reflejando así el sentimiento comunitario local de que todos tienen un papel qué jugar.
“Si vamos a ser saludables, todos tenemos que manejar nuestra pieza”, dijo Domínguez.