Landscape of snow-capped mountains, glaciers, and lush forests.

Premio RWJF Cultura de la Salud 2020-2021

La Villa Nativa Chickaloon preserva su soberanía y cultura para lograr una visión amplia de la salud.


La Ya Ne Dah Ah School, la primera escuela preescolar de tiempo completo y propiedad y operada por una tribu en Alaska, se inauguró en 1992. La escuela ha forjado profundamente las vidas de docenas de estudiantes, incluyendo la de su primer graduando, Daniel Harrison, quien culminó aquí sus estudios en 1998. Hoy en día, es el chef de la escuela y prepara alimentos para los estudiantes de la misma manera que le fueron servidas a él cuando asistía a sus clases en el pasado. También es profesor de música que enseña a los 21 estudiantes canciones en lengua Ahtna y percusión tradicional.

Harrison es ciudadano de la Villa Nativa Chickaloon (Nay’dini’aa Na’ Kayax’), una tribu reconocida por el gobierno federal con territorio ancestral en la cuenca del río Ts’itonhtna’, o Matanuska, que corre a unas 60 millas de Anchorage. Fundada por la difunta Katie Wade, Abuela Ancestral del Clan de Chickaloon, la Ya Ne Dah Ah School se ha convertido en catalizador de los esfuerzos para revitalizar la cultura tradicional y sanar un siglo de colonización y extracción obligada de recursos.

Cada aspecto de la escuela y el resto del trabajo de la tribu para mejorar el bienestar del pueblo refleja la convicción en que la buena salud depende de conexiones entre generaciones, entre comunidades y con la tierra.

El trabajo de la tribu para fomentar la salud a través de conexiones intergeneracionales comienza con la revitalización del idioma y la cultura Ahtna.

“Cada palabra Ahtna que aprendo llena una parte vacía de mi corazón y es una herramienta de curación”, dijo Lisa Wade, directora ejecutiva del Concejo Tradicional de la Villa Chickaloon, la entidad que rige la tribu.

Como resultado de los esfuerzos de Katie Wade en los primeros días de la Escuela Ya Ne Dah Ah School, durante los últimos 20 años, una generación más joven de ciudadanos tribales ha laborado con los ancianos y examinado materiales de archivo para restaurar y codificar información de su dialecto Ahtna. La Villa Nativa Chickaloon ha trabajado para que las clases de lengua Ahtna estén disponibles a todos sus residentes a través de una universidad local, abogaba por un proyecto de ley federal que buscaba revitalizar su lengua que fue sancionado el año pasado y logró que los nombres de las calles en el complejo residencial de vivienda asequible fueran en lengua Ahtna.

“Cuando enseñamos [la lengua Ahtna a] todo nuestro pueblo, entonces todos pueden apreciar en dónde viven”, dijo Kari Shaginoff, maestra de lenguas de la escuela.

La tribu ha implementado también una serie de iniciativas para mantener a los niños seguros y conectados con sus familias y la comunidad, por ejemplo, trabajando para cambiar las políticas estatales para preservar y mejorar el contacto entre padres biológicos y niños en el sistema de adopción, lo que ha producido una reestructuración del currículo de capacitación de los trabajadores sociales de la la Oficina de Servicios Infantiles.

La Villa Nativa Chickaloon valora mucho las conexiones entre comunidades. Dentro de lo posible, la tribu diseña sus servicios, desde la escuela hasta el transporte y la salud, para que estén disponibles no sólo para sus más de 350 habitantes, sino también para los más de 5.000 miembros de los pueblos nativos de Alaska de la región y la comunidad no nativa.

Un servicio clave disponible para todos es la clínica de la tribu C’eyiits’ Hwnax, o Centro de Salud Comunitario Life House, que abrió sus puertas en 2016 para ofrecer cuidados médicos generales y servicio de urgencias a muchas personas en esta región remota por primera vez. La clínica se centra en el cuidado personalizado, el fortalecimiento de relaciones interpersonales, la salud mental y del comportamiento como parte de las visitas rutinarias de sus pacientes.

A view of a state campground that had been cleaned up and maintained by a community.

Villa Nativa Chickaloon

La historia de esta comunidad se centra en la restauración y la crianza de los niños de maneras que honran la fortaleza, la tenacidad y la previsión de sus antepasados y ancianos.

Cada palabra Ahtna que aprendo llena una parte vacía de mi corazón y es una herramienta de curación.

Lisa Wade, directora ejecutiva, Concejo Tradicional Villa Chickaloon

La enfermera practicante Sarah Ferroni (derecha) examina a la paciente Brittany Reed (izquierda) en la sede del Centro de Salud Comunitario C’eyiits’ Hwnax Life House en la Villa Nativa Chickaloon.
La maestra Kari Shaginoff (centro) trabaja con estudiantes de la Escuela Ya Ne Dah Ah en la Villa Nativa Chickaloon, frente al muro que honra a los ancestros de la tribu.
Estudiantes de la Escuela Ya Ne Dah Ah, en la Villa Nativa Chickaloon, aprenden destrezas tradicionales como curtir el cuero de alce.

 

Como otro paso hacia la sanación, el Concejo Tradicional de la Villa Chickaloon fijó una política para proteger y restaurar sus tierras ancestrales, honrando su papel tradicional como guías del medio ambiente de la región. Un proyecto en curso desde 2005 ha sido la restauración llevada a cabo en Tsidek’etna, o Moose Creek, una ensenada abundante en salmón que fluye del Ts’itonhtna’ y es fundamental para la subsistencia de la tribu. El primer paso fue la remoción de la infraestructura de las minas de carbón para luego restaurar el paso del salmón a las aguas de la ensenada, y luego la limpieza y mantenimiento de un área para acampar que se había convertido en un vertedero ilegal de basura.

Alianzas estratégicas con varios grupos y agencias ayudaron a que la Villa Nativa Chickaloon lograra llevar a cabo esta labor sin tener que hacer concesiones legales de ningún tipo que hubieran comprometido el estatus de la tribu como una nación tribal soberana.

“La soberanía es clave para nosotros porque es uno de los derechos humanos básicos de nuestro pueblo”, dijo el jefe Gary Harrison, presidente del Concejo Tradicional de la Villa Chickaloon.

“Ganar el premio Cultura de la Salud de la Fundación Robert Wood Johnson nos da la oportunidad de reflexionar sobre todos nuestros esfuerzos”, dijo Wade. El premio “es un reconocimiento a todos las personas que están haciendo todo el trabajo duro de crear una comunidad aquí”.

Reconocimiento a las Comunidades que Trabajan por Mejor Salud

El Premio Cultura de la Salud honra y enaltece a las comunidades estadounidenses que trabajan por mejorar la salud, las oportunidades y la equidad para todos.